Por sus trenzados, grosor, resistencia…es por todas estas cualidades, que estos dos tejidos se han convertido en un reclamo a la hora de hacer original un accesorio.

Son tejidos con una carrera histórica larga, el mimbre por ejemplo se remonta a la edad media, con las famosas cestas y la arpillera con su típico uso de embalaje, es curioso como de la mano de la imaginación, estos dos tejidos han crecido en campos utilizándose de manera totalmente diferente a la tradicional u original.

Los hemos podido ver en tapizados, objetos de decoración y sobre todo siendo lo más creativo y original sobre la pasarela, destacando en prendas y accesorios como bolsos y sombreros.

A mi parecer estos tejidos a la hora de incorporarlos en accesorios como por ejemplo los bolsos, suman más que restan por que junto con el diseño crean una estructura firme al bolso, pudiéndolo cortar con diferentes formas geométricas, como círculos, cuadrados… dándole así carácter al bolso por medio del patrón, además de ser fácil de combinar debido a sus colores crudos.

Darle un toque personal es muy fácil, con pañuelos, broches… pero últimamente la creatividad ha ido un paso adelante y en el caso de las cestas se pueden pintar con spray de colores a modo de cenefas, dándole así otro aspecto visual, esta técnica es tan adecuada para cestas de decoración como para bolsos a la hora de vestir.

Sumando más que restando, la clave está en no perder nuestra propia esencia, como es el caso de estos tejidos que tienen mucho pasado, son una tendencia en el presente y se reinventarán en el futuro.